El auge de las plataformas virtuales destinadas al comercio electrónico han hecho posible que
cada vez más personas quieran incursionar en el e-commerce o comercio online, para
convertirse en nuevos emprendedores. No obstante, si ya crees estar listo para importar desde China por primera vez, por
ejemplo, porque tienes pensado abrir una tienda online o viste algunos portales en los que
podrías emprender; pero no tienes muy claro, dentro de todas tus ideas, cuál es el primer paso
que deberías dar, entonces, sigue leyendo.
Muchas personas se desencantan y frustran en sus primeros intentos de importación de algún
producto desde China. Al ver el tamaño de la factura que deben pagar cuando su mercancía
finalmente arriba, además de la mayoría de los pagos nunca previstos ni estipulados precedentemente
con sus proveedores, todo ello ocasiona que la gente se decepcione y se rinda.
Estas sorpresas pasan especialmente cuando el importador hace contrataciones CIF y que, dejándose llevar por lo económico y competitivo de los precios, no duda en hacer la contratación. Entonces,
una vez despachada la mercancía por el proveedor, es cuando inmediatamente comienzan a
engordar los números de nuestra factura.
Lo que debes saber y tener presente es que los contratos de importación CIF son una
publicidad engañosa, Veamos por qué.
Antes de que eches a andar la imagen de negocio que tuviste en un sueño aquella noche de
viernes, después de haberte aventado unas cuantas botellas de Santa Carolina… tienes que
tener muy en cuenta por dónde comenzarás a emprender para materializar lo que traes entre
manos.
A quién le importa eso que venderás es una pregunta de rigor. A nadie tiene que importarle
nada de lo que tú hagas en este mundo.
Sabrás que estamos en un mundo donde el flujo de mercancías, de bienes y servicios es a nivel
global y no hay ninguna barrera arancelaria que pueda impedir esto. Eso es una ventaja para
ti.
En un mundo así, sin embargo, el comercio es altamente competitivo. Y eso no es tan
ventajoso… o quizás sí, según como lo mires. Entonces, ¿qué se supone que vas a ofrecerle tú a
tus potenciales compradores que sea lo suficientemente atractivo como para fidelizarlos y que
contraigan una relación monógama comercial contigo y no con otros?
Seguramente no sabes en qué consiste la antropología social ni cómo trabaja la
sociología de mercado. Pero en caso de que sí, quizás no tengas el presupuesto para contratar
a un grupo de cientistas sociales que te ayuden a indentificar estereotipos sociales y patrones
de consumo en la era global, atendiendo a sus especificidades culturales… Entonces, debes
buscar una manera de hacer un estudio de mercado, así sea por encima, por otros medios.
Antes de que empieces a llevarte las manos a la cabeza o rasgarte de las vestiduras como actor
del barroco europeo, porque no sabes cómo hacer un estudio de mercado más o menos
superficial; bueno, alégrate de que estemos en una sociedad narcisista y cada vez más
condicionada por identidades superfluas, que van con nuestra sociedad del espectáculo.
Y es que existen las redes sociales donde millones de personas de diferentes edades exponen
qué les gusta y qué no. Revisa las redes sociales de los influencers de moda en tu país y echa
un ojo a lo que llevan puesto, pues, enseñan desde la gorra, el smartphone hasta las
pantaletas o interiores de algodón, hechos por baba de caracoles de la India. Cualquiera de
estos productos podrían ser tendencias con mucha demanda y poca oferta en el mercado de
tu país. Así que podrías ser tú quien satisfaga esa necesidad narcisista y edípica de tus
potenciales clientes.
Otra manera es ir a los portales e-commerce más conocidos. La mayoría divide las búsquedas
de artículos por categorías, por popularidad, los más vistos y así. Esto te dará una idea del
ranking que podría tener el producto que quieres ofertar en el mercado local.
Solo tienes que pasar del softporn 2.0 un rato e invertir el doble de tiempo en tu ordenador
para analizar el mercado y las tendencias, conspicuamente.
Ya sabemos que no sabes nada de China y que a lo sumo sabrás que es un país supuestamente
comunista (cuando en realidad es un capitalismo de estado) y que su población tiene
aparentemente un gusto algo mórbido por la carne de perros. Pero esto no tiene que ser una
limitante –al menos no en este punto.
Volvamos a echar mano de internet, pero esta vez no para stalkear a figuras públicas y la ropa
interior u otro artículo que lleven, sino para ir a las plataformas virtuales que te pondrán en
contacto con proveedores chinos de todos los calibres, desde estafadores hasta de honestos,
bueno y malos… El portal más famoso es Alibaba, que es básicamente un portal que media y
comunica a vendedores y compradores interesados en hallar proveedores en China .
En esta fase pregunta todo lo que necesitas saber del proceso de importación y los costes que
genera el mismo. Desde costes arancelarios hasta costes por ocupación de container, más en
caso de que sea por grupaje, que sale más costoso.
Saca tu calculadora para empezar sumas y restas y el cuadernillo de leyes de
importación local. En cuanto a las restas, si ya alcanzaste esta 3ra fase, más o menos debes prever los costes de
toda l operación de importación. Desde las tasas portuarias, fletas, pagos de traslados y todo
lo demás que el transitario de destino te facture.
Ahora bien, todo país tiene sus leyes regulatorias para controlar el comercio, incluso aquellos
que tienen por ley no tener regulaciones arancelarias e impuestos similares para esta
actividad. Así que, asesórate bien sobre las posibles restricciones que podría tener tu producto
en el país de destino.
Asimismo, verifica que no hay alguna empresa que haya hecho de la patente para tener
solamente el privilegio de ser el distribuidor del producto en ese nicho de mercado. Pero
también si tu producto no representa competencia con productos producidos y fabricados
localmente, y que implica que el estado, como medida proteccionista, te aumente las barreras
arancelarias, si quieres vender en el país.