Cuando se trata de exportar, estudiar el mercado al cual te diriges es importante. Pero, si el rubro que deseas vender son productos alimenticios, debes estar consciente de lo difícil que pueden llegar a ser las negociaciones — y no lo advertimos a la ligera — . No estamos hablamos de algún aparato electrónico, ropa o artículos de otra índole cuya permisología es más sencilla: nos referimientos a artículos de primera necesidad, unos que serán consumidos por los habitantes del país y deberán contar con los más altos estándares de calidad y valores nutricionales. Exportar alimentos a China requiere que procedas con mucha cautela.
No obstante, lejos de querer asustarte con ello, pretendemos guiar tus objetivos hacia otro nivel. Uno que te permita desarrollar tu empresa, garantizando su sustentabilidad y crecimiento. Por ello, en esta oportunidad traemos para ti una serie de recomendaciones que van más allá de lo común, que no se enfocan solo en números y papeleo, sino en el aspecto más clave: ¿Qué quiere el público chino?
Los patrones de consumo de alimentos en China han variado significativamente a medida que sus estándares de vida han ido en aumento. Se trata de un cambio que, en general, se debe a las políticas económicas del país y, además, al vertiginoso estrechamiento de fronteras que la globalización — de la mano de tecnología — ha conseguido en el mundo entero. Cada vez es más común que los consumidores estén expuestos a una mayor diversidad de opciones a la hora de comer, ya sea por los medios o por los foráneos que van permeando la gastronomía china con platillos de sus culturas.
Tal situación, por lo tanto, le genera una fuerte demanda de productos no típicos al país. Además, también ha resultado en el hecho de que los consumidores chinos se han vuelto más exigentes a la hora de buscar y evaluar los productos que compran para alimentarse. Entre las características más llamativas tenemos:
Si bien cada vez dependen más de Internet para recibir noticias y comentarios, gran parte del público chino todavía prefiere una recomendación “boca a boca” antes de probar un nuevo producto, plato o restaurante. Para los chinos, la comida es cultura y vida. Por lo tanto, para elegir nuevos platillos — ya sea para cocinar en casa o para ofrecer en un restaurante — , este debe estar en armonía con el resto de la comida y ser compatible, además, con el ambiente del restaurant en el cual vas a deleitar tu paladar.
Bien sabido es, además, que los consumidores chinos prefieren entretenerse en grandes grupos. Por tal motivo, la disposición común de asientos en un restaurante de nivel medio-alto es de cuatro, ocho e incluso doce. Como los chinos se preocupan mucho por mostrarse como son, un concepto que implica dar y recibir como forma honorífica de vida, desean sentirse seguros de que la comida que están organizando es satisfactoria y de calidad superior.
El regalar productos importados, especialmente productos muy bien empaquetados que contienen porciones envueltas individualmente, es una forma popular y de uso frecuente para mostrar su gratitud y honor. Muchos obsequios se dan con la expectativa de que sus contenidos lleguen a los allegados del destinatario: personal de oficina, colegas, contactos importantes o su familia. Por tal motivo, la presentación de obsequios caros o de alta calidad muestra el respeto de la persona con el destinatario, mostrando así su voluntad de ayudar a su contacto a ganar una buena voluntad con otros socios comerciales.
Como pueden ver, el concepto de los alimentos trasciende mucho más allá de lo evidente en China. Si tus metas se sitúan en la comercialización de productos hacia este país, es bueno que tengas claro todos estos consejos antes de embarcarte en la aventura: ¡De seguro que te funcionarán!.