A veces queremos ser muy astutos y buscamos esquivar cualquier tipo de gasto adicional utilizando ciertas trampas. Como, por ejemplo, infravalorar la mercancía que importas. Eso está muy mal, y no es por dar un sermón de moralidad y buenas costumbres, sino porque –en serio– puede resultar sumamente mal para tu negocio.
Infravalorar una mercancía significa facturarla por menos cantidad de la que en realidad pagaste al proveedor. Es decir, que si diste un total de 600$ por tus productos, lo facturas por 300$. Esto se hace con el propósito de pagar menos aranceles e impuestos en la aduana de tu país. Contrario a lo que puedas pensar (¡Wow, me ahorraré un dineral!) estarás colocándole la soga al cuello a tu empresa. Además es ilegal. Vamos, ¿en serio quieres ser de esos empresarios fraudulentos? Limpia un poquito tu conciencia del karma y haz todo como debe ser.
Sí, es verdad que los mismos proveedores chinos a veces te preguntan si deseas la factura por un costo menor al que realmente pagaste. Pero la decisión la tomas tú, así que no se vale culpar al chino por tus actos.
Nada mejor que explicar estos asuntos con refranes populares para que se adhieran bien a tu psique. Tarde o temprano, esta trampa se va a volver contra ti. Pongamos el ejemplo anterior, donde infravaloras la mercancía declarándola en 300$ cuando en realidad te salió en 600$, tendrás un descuadre en tu contabilidad de 300$. Entonces (como en serio te salió en 600$), vendes tu producto en 1000$. Para el Estado (a quien pagaste 300$ en la aduana) estás ganando el tripe, 700$, por la venta de tu producto (cuando en realidad estás ganando 400$). Por consiguiente, el Estado va a asumir que tus utilidades son grandísimas y, por lo tanto, vas a tener que pagar más impuestos cada año.
Los funcionarios de aduana no son tontos, y se conocen este truco de memoria, tanto que lo pueden oler a varios metros de distancia. Si ven que lo que marca la factura comercial es sospechoso, lo averiguarán, retendrán la mercancía y te exigirán que compruebes que eso fue lo que realmente pagaste. ¿Y cómo lo vas a demostrar? Tu reputación empezará a caer y siempre te van a estar vigilando.
El seguro de la mercancía paga el valor declarado más el flete. Quiere decir que, si la infravaloraste y la llegas a perder durante el traslado, el seguro solo va a pagarte lo que declaraste. Es decir, vas a perder dinero.
No importes nada si sabes que no va a resultar rentable. Si honestamente ves que tu capital no cubre lo necesario, entonces no te pongas a nadar en aguas turbulentas sin tener un salva-vidas. Piénsalo bien. Infravalorar la mercancía no es opción.
Así que no caigas en la tentación de infravalorar tu mercancía, porque luego tendrás que pagar muy caro –literalmente– los resultados. No es una buena idea porque, si piensas que va a ser mejor para ti, al final es terrible para tu negocio y estarás generando muchas pérdidas.